sábado, 19 de febrero de 2011

ALEXITIMIA



ALEXITIMIA


Alexitimia es la dificultad para verbalizar las emociones, debido a la ausencia de verbalización afectiva. Esta incapacidad para identificar, distinguir y expresar las emociones lleva a la persona con alexitimia a sentir, pero no discriminar los matices de la emoción, por lo cual presenta una tendencia a la acción frente a las situaciones conflictivas.
Puede también manifestarse como una incapacidad de asociar imágenes visuales y pensamientos a un estado emocional (no puede experimentar felicidad al recordar un episodio que lo hizo feliz).
La alexitimia implica la dificultad tanto para expresar los estados afectivos con palabras como también para diferenciar sensaciones corporales de afectos. Es considerada una perturbación cognitivo-afectiva. Se presenta también en sujetos sin enfermedades somáticas, de allí que no siempre se correlaciona con un trastorno psicosomático.
En los tratamientos son usuales las técnicas como Psicodramas, Catarsis y verbalización de la angustia aprendiendo a darle una salida a los estados internos.


alexitimia
Características
pensamiento simbólico reducido o ausente
limitada capacidad para fantasear
dificultad para expresar sus propios sentimientos con palabras, por lo que expresan sus demandas en términos físicos
alto grado de conformismo social
relaciones interpersonales estereotipadas (relaciones de dependencia o de aislamiento)
impulsividad como expresión de conflictos, ( tendencia a expresar conflictos sin elaborarlos previamente)
personalidad inmadura (introvertidos, pasivos agresivos o pasivos dependientes)
falta de capacidad introspectiva
dificultad para diferenciar sentimientos de sensaciones corporales
Disociación mente-cuerpo que se manifiesta siempre a través de una alteración corporal: pacientes psicosomáticos, toxicómanos, bulímicos, con estrés postraumáticos y con personalidades psicópatas





ALEXITIMIA
El riesgo de convertirnos en una sociedad Alexitímica


La alexitimia en estricto rigor, es el hecho de no poder expresar las emociones, lo que la transforma en un trastorno comunicacional, que llevado al extremo, a la posibilidad de una sociedad alexitímica, nos deja al borde de una sociedad robotizada.
No saber reconocer lo que se siente es el primer paso para ser un esclavo.


Dentro de un grupo de las que podríamos llamar las enfermedades comunicacionales puede estar la alexitimia, la cual se caracteriza por una gran dificultad para identificar y comunicar las emociones que se asocia con poca o una nula capacidad de fantasear y una evasión a ocuparse de las vivencias internas prefiriendo hacerse cargo de los eventos y situaciones externas. Dentro de lo polémica que ha resultado la aceptación de esta enfermedad dentro de los especialistas de conducta, hay un creciente interés sin embargo, por profundizar su existencia real, descubriéndose otras características como un alto grado de conformismo social con un comportamiento rígido sujeto a reglas convencionales y una tendencia a tener relaciones dependientes o, al contrario, un evidente aislamiento social.





La alexitimia la sacamos a colación porque de acuerdo con esta descripción somera podemos estar frente a un robot humano, que puede ser posible porque no puede comunicar lo que siente emocionalmente o sencillamente, porque no siente las emociones como los demás. Hablamos de esta enfermedad porque podría darse la posibilidad, por la serie de traumas que han vivido diferentes grupos o sociedades, que se vayan creando una especie de comunidades alexitímicas que comiencen a no poder expresar sus emociones por los intereses de algunos agentes represores a los que no le guste o no les convenga que se materialicen las emociones de los demás seres humanos que componen dichas comunidades.







Entonces podemos preguntarnos si realmente un tipo de sociedad que no puede expresar libremente sus emociones, debido al castigo que puede recibir y que además, siente que debe anestesiar su mundo emocional porque en él hay tan sólo dolor, sea en realidad una sociedad ideal para la implantación de sistemas que buscan tan sólo la finalidad de la productividad económica para la creación de la riqueza o para el tener una masa sin emociones a su disposición para hacer todo cuanto les venga en gana y, en consecuencia, perder el más hermoso calificativo que es el de sociedad humana.

Encontrarse frente a una persona que padezca de alexitimia es realmente una experiencia extraña puesto que a ella pareciera no inquietarle -ni negativa ni positivamente- nada de lo que haya pasado, pase o pueda pasarle. Cuando el sufrimiento es mucho, cuando no se evalúan esperanzas, cuando lo automático supera lo humano, se pueden estar generando personas alexitímicas y con ello, se pueden incrementar las relaciones que se dan entre este trastorno con el estrés postraumático, los trastornos de pánico, la depresión, la anorexia, la bulimia y las adicciones al alcohol y a otras sustancias, al sexo y otras que apenas se han comenzado a estudiar como quienes se hacen adictos al terrorismo.

La alexitimia, que apenas comienza a ser comprendida en el mundo de la ciencia, le corresponde ponernos de sobre aviso sobre la posibilidad de una sociedad robotizada, automatizada, sin sentimientos, sin divergencias, sin conflictos.






Todo esto se reflexiona porque podemos estar comenzando a observar de manera muy encubierta, muchas reacciones con alto contenido alexitímico, en los líderes de todas las áreas. El enfriamiento emocional que causan los fracasos y los éxitos sobredimensionados tiene que ser tempranamente enfrentados.

Recientemente publiqué un artículo acerca de las apreciaciones de un Premio Nobel de Medicina que alertaba acerca de las farmacéuticas a las que no les interesaba en el fondo la salud de todos los seres humanos. Es algo preocupante que más que pacientes, los alexitímicos sean considerados buenos elementos para el sistema.


rafa torres

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