Cuando uno intenta entrar en un lugar donde piensa que no debe por “cualquier motivo”, generalmente o lo paran o esta cerrado o sucede algo que obstaculiza el ingreso.
Contrariamente cuando uno piensa que lo que va a hacer está bien, por alguna razón lo fortuito te acompaña, los caminos se abren. Bueno eso fue lo que me sucedió cuando fui a Los Sacramentinos en busca de buenos registros de una realidad que cae por su propio peso.
Un lugar tan bello, que va de lo rústico a lo monumental, porque así son las fachadas exteriores de este Templo, los hormigones sobre bases de tablones de madera, como se hacía antiguamente (al estilo del Monasterio Benedictino), combinado con cúpulas gigantes y todo esto con todo el gris y el verde, del smog y la humedad respectivamente, crean un bello acuerdo entre austeridad y grandiosidad. Pero curiosamente detrás de esto y de la presentación Web, se oculta una realidad de “abandono” en su interior, principalmente por el estado del preciosísimo Órgano con sus tubas en tan mal estado, retorcidas, arrumbadas o sencillamente extraviadas. Escaleras , pasillos y botaderos de todo tipo de basuras.
No puedo dejar de emocionarme con los vitreaux, algunos cuadros anónimos bastante antiguos y otros que se pueden ver en las fotos que acompaño
http://www.sacramentinos.cl/index2.htm
Subiré las otras 50 fotos con detalles en la próxima entrada
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