sábado, 14 de marzo de 2009

Las Catedrales I



LAS CATEDRALES I

LAS CATEDRALES GÓTICAS, fuente de conocimientos ocultos,
frente al RENACIMIENTO, un nuevo impulso en el culto al hombre y a la vida.

En este primer capítulo describiré el ámbito histórico en el cual será analizado el tema que nos ocupa (Las Catedrales), el estadio de desarrollo en que se encuentra el hombre que las observa y dejaré para capítulos posteriores, la enseñanza que encierran estas tremendas obras de arte.

Determinados temas objetivos relacionados con el conocimiento, se han transmitido de una manera no explícita a través de las obras de arte. La razón de este aparente contrasentido definitivamente tiene que ver con la tendencia intrínsecamente maniquea del manejo del conocimiento, por el ser humano. En otras épocas se transmitió el conocimiento a través de parábolas, exactamente por la misma razón. Los Fariseos anhelaban atrapar a Jesús de Nazareth en evidentes contradicciones con la moral de la época, para así poder desacreditarlo. De más está destacar la habilidad de Jesús para huir de las trampas que le tendían en cada pregunta, en las plazas públicas o ante el Sanhedrín. Las Parábolas eran su mejor recurso. Los que tienen ojos que vean, los que tienen oídos que oigan. Se trata en este caso de la transmisión del conocimiento mediante el arte de la palabra.

En este sentido estas obras de arte, las Catedrales Góticas eran inmensos volúmenes de conocimiento que encerrados en su estructura y en sus formas, daban cuenta de la sabiduría que era traspasada de generación en generación por los “iniciados”. El tema de los iniciados es un tema mayor que da para otro artículo, por lo cual no nos alargaremos ahora. Solo faltaba la capacidad o la consiguiente preparación (iniciación) del hombre para descifrar dichos enigmas y secretos que fueron siempre el punto central de su búsqueda interior.

Con respecto al hombre en algunas etapas de la historia pareciera que su desarrollo se fuera dando a través de una línea aparentemente involutiva, como por ejemplo, desde la edad media hacia el renacimiento. Desde lo Gótico a lo Renacentista. Es más, yo me atrevería a decir que la evolución camina siempre a la par con la involución. Lo que sucede es que la paradoja siempre atraviesa los universos razonados y en este caso la evolución requiere que el hombre vaya perdiendo los atributos que le fueron dados por “gracia” y que ahora necesita ganar por sí mismo. Para dar mi personal punto de vista, frente a esta aparente paradoja en el desarrollo del hombre podríamos referirnos a una situación mitológica para no enredarnos en asuntos históricos puntuales y por ejemplo enfocarnos a su “vida en el paraíso”, del cual fue expulsado. Su mítica factura nos permite hablar de la idea fundamental y quien quiera establecer paralelos con diferentes épocas o etapas de su desarrollo, podrá hacerlo de mejor manera y con mayor comprensión. En toda la trama de su vuelta al paraíso perdido, hay una pérdida progresiva de los atributos paradisíacos.

A modo de ejemplo, antiguamente tenía atributos y capacidades de los cuales al día de hoy no tiene ni la menor sospecha, a saber, la manifestación divina a través de los sueños, cuestión larga y latamente mencionada en el Antiguo Testamento. Hoy día es simple superchería y antiguamente pueblos enteros y numerosísimos se regían por sus dictados y eran capaces de inmensos sacrificios por obtener de ellos el máximo provecho.

Otro ejemplo en este sentido es la liberalización de la conducta que lejos de ser un tema que lo favorece en su desarrollo, al contrario lo esclaviza progresivamente en la medida que se libera, al punto que pierde su norte y ya no sabe discernir entre el bien y el mal, porque estimula los sentidos, saturando sus oídos, transformándose en un adicto a los estímulos del gusto, la vista, el olfato y el tacto, con lo cual atrapa el mundo de su imaginación en el nivel más denso o más bajo. Para que no se piense que en esto hay un dejo de fundamentalismo (y se piense que esta liberalización o esclavitud en su conducta, es una crítica de facto y no como lo es, un enfoque analítico), voy a poner una cita de San Pablo, en la cual anuncia el fin de la ley, de la esclavitud del pecado. El fin de los mandamientos como modeladores de la conducta. No descalifica los mandamientos sino que no son el nuevo patrón de conducta y es la fe la que toma su lugar (o debiera tomarlo). Esta cita está ahí en el nuevo testamento y curiosamente, aunque es conocida, poco se recurre a ella.

Por eso afirma San Pablo: “Antes que viniese la fe, estábamos guardados bajo la ley, encerrados”.

Romanos 7:6 Mas ahora estamos libres de la ley, habiendo muerto á aquella en la cual estábamos detenidos, para que sirvamos en novedad de espíritu, y no en vejez de letra.

Romanos 7:9 Así que, yo sin la ley vivía por algún tiempo: mas venido el mandamiento, el pecado revivió, y yo morí.

Romanos 7:11 Porque el pecado, tomando ocasión, me engañó por el mandamiento, y por él me mató.

Así que la verdadera misión de la ley era y es convencer al hombre de sus pecados, de la imposibilidad en que se halla de salvarse a sí mismo y guiarlo a Cristo. En cuanto a los creyentes del Antiguo Testamento “ellos eran justificados en base a observar la ley hasta que Cristo viniese”. La gran novedad que trae Jesús de Nazareth, es que la salvación es por fé y para todos los hombres, para los Judios y los no Judios.
Visto de esta manera, el paso de los artistas que se cierran a las formas rígidas del arte Gótico y se aventuran en las nuevas tendencias Renacentistas, me parecen van en la dirección correcta, aunque no puede negarse las tremendas falencias de contenido objetivo en su nueva tendencia.

En general y como un acercamiento a los dos extractos en que se apoya el presente artículo y que más abajo se publican, creo que en el proceso de su desarrollo, el hombre va perdiendo su condición divina, su espiritualidad, como un paso necesario para llegar a la toma de conciencia de si mismo, a la par que va desarrollando sus habilidades físicas, su manejo de los elementos, de la naturaleza, sus habilidades intelectuales, su desarrollo artístico, todo esto en desmedro del sentido más profundo, del conocimiento objetivo. Así, los artistas, los grandes artífices y testigos del arte objetivo que esta encerrado en el arte Gótico, en el arte Francés, en las Catedrales Góticas, ahora se liberan de las formas clásicas para desarrollar el arte y se aventuran en los nuevos tiempos y buscan en Italia, y desentierran las obras greco-romanas, aparecen los barrocos, los manieristas y se instaura el Renacimiento en toda su dimensión.

Las Catedrales Góticas son los mudos testigos del saber objetivo y ahí están para que cualquier buscador de la verdad, se capacite, sacuda el polvo y se inicie en los sagrados laberintos de la búsqueda interior.

Rafael.Torres3


Nota: Próximamente CATEDRALES II y CATEDRALES III.



TEXTOS REFERENCIALES

Texto Nº 1

” El Misterio de las Catedrales “

Prólogo de la primera edición

Es tarea ingrata e incómoda, para un discípulo, la presentación de una obra escrita por su propio Maestro. Por ello, no me propongo analizar aquí El misterio de las catedrales, ni subrayar su belleza formal y su profunda enseñanza. A este respecto, confieso, muy humildemente, mi incapacidad y prefiero dejar a los lectores el cuidado de apreciarlo en lo que vale, y a los Hermanos de Heliópolis el gozo de recoger esta síntesis, tan magistralmente expuesta por uno de los suyos. El tiempo y la verdad harán todo lo demás. Hace ya mucho tiempo que el autor de este libro no está entre nosotros. Se extinguió el hombre. Sólo persiste su recuerdo. Y yo experimento una especie de dolor al evocar la imagen del Maestro laborioso y sabio al que tanto debo, mientras deploro, ¡ay!, que desapareciera tan pronto. Sus numerosos amigos, hermanos desconocidos que esperaban de él la solución del misterio Verbum dimissum, le llorarán conmigo.
……………………………………………………………………………………………………Fulcanelli ya no existe. Sin embargo, y éste es nuestro consuelo, su pensamiento permanece, ardiente y vivo, encerrado para siempre en estas páginas como en un santuario. Gracias a él la catedral gótica nos revela su secreto. Y así nos enteramos, con sorpresa y emoción de cómo fue tallada por nuestros antepasados la primera piedra de sus cimientos, resplandeciente gema, más preciosa que el mismo oro, sobre la cual edificó Jesús su Iglesia. Toda la verdad, toda la Filosofía, toda la Religión descansaban sobre esta Piedra única y sagrada. Muchos, henchidos de presunción, se creen capaces de modelarla, - y, sin embargo, ¡cuán raros son los elegidos cuya sencillez, cuya sabiduría, cuya habilidad, les permite lograrlo! Pero esto importa poco. Nos basta con saber que las maravillas de nuestra Edad Media contienen la misma verdad positiva, el mismo fondo científico, que las pirámides de Egipto, los templos de Grecia, las catacumbas romanas, las basílicas bizantinas. Tal es el alcance general del libro de Fulcanelli. Los hermetistas -o al menos los que son dignos de este nombre- descubrirán otra cosa en él. Dicen que del contraste de las ideas nace la luz, ellos descubrirán que aquí, merced a la confrontación del Libro con el Edicto, despréndase el Espíntu y muere la Letra. Fulcanelli hizo, para ellos, el primer esfuerzo, a los hermetistas corresponde hacer el último. El camino que falta por recorrer es breve. Pero hace falta conocerlo bien y no caminar sin saber adónde uno va. ¿Queréis que os diga algo más? Sé, no por haberlo descubierto yo mismo, sino porque el autor me lo afirmó, hace más de diez años, que la llave del arcano mayor ha sido dada, sin la menor ficción, por una de las figuras que ilustran la presente obra. Y esta llave consiste sencillamente en un color, manifestado al artesano desde el primer trabajo. Ningún filósofo, que yo sepa, descubrió la importancia de este punto esencial. Al revelarlo yo, cumplo la última voluntad de Fulcanelli y sigo el dictado de mi conciencia. Y ahora, séame permitido, en nombre de los Hermanos de Heliópolis y en el mío propio, dar calurosamente las gracias al artista a quien mi maestro confió la ilustración de su obra. Efectivamente, gracias al talento sincero y minucioso del pintor Julien Champagne, ha podido El misterio de las catedrales envolver su esoterismo austero en un soberbio manto de láminas originales.

E. CANSELIET
F. C. H.
Octubre 1925

FRAGMENTO DE “EL MISTERIO DE LAS CATEDRALES”

“Arquitectos, pintores y escultores, prefiriendo su propia gloria a la del arte, acudieron a los modelos antiguos desfigurados en Italia. Reinando Francisco I, arrastrados por la fuerte corriente de decadencia el movimiento tomó el nombre paradójico de Renacimiento, incapaces de un esfuerzo equivalente al de sus antepasados, ignorando completamente el simbolismo medieval, los artistas se dedicaron a reproducir obras bastardas, sin gusto, sin carácter, sin intención esotérica, más que a continuar y perfeccionar la admirable y sana creación francesa. Los constructores de la Edad Media habían heredado la fe y la modestia. Artífices anónimos de verdaderas obras maestras (las Catedrales Góticas), edificaron para la Verdad, para la afirmación de su ideal, para la propagación y el ennoblecimiento de su ciencia. Los del Renacimiento, preocupados sobre todo de su personalidad, celosos de su valor, edificaron para perpetuar sus nombres. La Edad Media debió su esplendor a la originalidad de sus creaciones; el Renacimiento debió su fama a la fidelidad servil de sus copias. Aquí, una idea; allá, una moda. De un lado, el genio; del otro, el talento. En la obra gótica, la hechura permanece sometida a la Idea; en la obra renacentista, la domina y la borra. Una habla al corazón, al cerebro, al alma: es el triunfo del espíritu; la otra se dirige a los sentidos: es la glorificación de la materia. Del siglo XII al XV, pobreza de medios, pero riqueza de expresión; a partir del XVI, belleza plástica, mediocridad de invención. Los maestros medievales supieron animar la piedra calcárea común; los artistas del Renacimiento dejaron el mármol inerte y frío. El antagonismo de estos dos períodos, nacidos de conceptos opuestos, explica el desprecio del Renacimiento y su profunda repugnancia por todo lo Gótico. Semejante estado de espíritu tenía que ser fatal para la obra de la Edad Media; y a él debemos atribuir, en efecto, las innumerables mutilaciones que hoy en día deploramos.”

(Fragmentos de ” El Misterio de las Catedrales “ de Fulcanelli)






Texto Nº 2

“Renacimiento, el culto al hombre y a la vida”

Hasta llegar el siglo XVI las diferentes civilizaciones artísticas de Occidente se habían sucedido sin sobresalto. En el siglo XV, Gótico y Renacimiento habían vivido uno al lado del otro, en buena forma. Pero, a partir del siglo XVI, el arte occidental se dividirá en fuerzas contradictorias que esconden ideologías diferentes.

ERASMO Y LUTERO

Dos figuras vienen a encarnar las ideologías opuestas: Erasmo y Lutero, el humanista y el profeta, el conciliador y el revolucionario.
Erasmo sueña con hacer entrar el Panteón en el Paraíso. No viendo sino lo que las cosas tienen en común, lo intenta todo por salvar la unidad espiritual de Europa. Lutero el hombre sediento de Dios, resucita del viejo fondo de la Edad Media la imagen del hombre débil, el hombre gimiente bajo el destino pecador que le impone un Dios terrible.

CLASICISMO Y BARROQUISMO

Italia se encontraba dividida por estas dos fuerzas. Sobre una base intelectual en Roma y sensible en Venecia, Rafael y Tiziano definen las leyes del clasicismo, que subordina el conjunto de la obra, al equilibrio de sus partes entre sí, lo que hace que se atenúen los rasgos y la expresión. De este equilibrio nace la ruptura, una desesperación que atormenta los cuerpos y ensombrece los rostros. Tales exigencias de la expresión, sabrá mantenerlas Miguel Ángel dentro de los límites de la belleza, y ahí radica su milagro.

MANIERISMO

De la confusa mezcla del clasicismo con el barroquismo, nace en Italia una crisis conocida bajo el nombre de "manierismo". Salvo la escuela veneciana, las demás escuelas quedaran afectadas por esta crisis, que conduce a los artistas a la extravagancia en los gestos y las expresiones, al alargamiento desmesurado de las proporciones y a las contorsiones en las actitudes.

MANIERISMO Y GÓTICO FLAMÍGERO

Sin embargo el prestigio de Roma impuso el Renacimiento, y Europa se hallaba en un dilema, que era esquivar los temibles modelos de Miguel Angel, Rafael o Leonardo ya que se esta imponiendo el italianismo, es decir con el manierismo se estaba desplazando al gótico flamígero. Esta crisis favoreció a la proliferación del manierismo en Amsterdam (Países Bajos), Leyden (Holanda), Amberes (Bélgica), Fontainebleau (Francia), Basilea (Suiza), en el Danubio y en la Península Ibérica. Apenas asimilado el Renacimiento, Europa en una revisión general de los valores, hallara una madurez definitiva que, tras una nueva crisis de crecimiento, permitirá que el siglo XVII, se pueda convertir en el siglo de oro europeo. Este movimiento que tiende a crear un nuevo humanismo cristiano, pertenece precisamente al siglo XVI, durante este extraordinario siglo se incubo un mundo de ideas, de formas y de sentimientos contradictorios.

CONCEPTO DE RENACIMIENTO

Se denomina Renacimiento al periodo de la historia europea, caracterizada por un renovado interés por el pasado grecorromano clásico y especialmente por su arte. Con el Renacimiento, el hombre centra toda su actividad, en el hombre como tal, es decir después del aletargamiento medieval el hombre piensa ahora con una libertad de espíritu, que le conducirá a la libertad de pensamiento, el culto a la vida y el amor a la naturaleza como aspectos importantes, además el Renacimiento estableció como fuentes de inspiración el equilibrio y la serenidad. Pero lo más característico de esta época es la separación entre lo cívico y lo religioso.

HUMANISMO EN EL RENACIMIENTO

Es la manifestación ideológica y literaria del Renacimiento. Los hombres del Renacimiento trabajaron con mucho entusiasmo en estudiar metódicamente las obras de la antigüedad, explorando ruinas, exhumando manuscritos y salvando de su destrucción valiosos documentos. Para ello recibieron la protección de príncipes y Pontífices, que les estimularon en sus investigaciones. Primeramente se sintió interés tan solo por los autores y el arte latino, pero pronto se llegó a la fuente, o sea al arte y la cultura griega. Así se desarrollo una mentalidad erudita, crítica y apasionada por las ciencias y las artes, que se centro en el hombre y sobrestimo los valores humanos, de ahí el nombre de Humanismo. La sobrestimación de estos valores y los descubrimientos geográficos y técnicos, crearon el orgullo y el individualismo del hombre renacentista. El Humanismo, tuvo sobre todo un carácter literario donde Dante y Boccaccio son considerados como precursores del mismo. Petrarca es considerado como el primer humanista.

QUE FUE EL RENACIMIENTO

Se denomina Renacimiento al movimiento cultural que surge en Europa el siglo XIV, y que se muestra como característica esencial su admiración por la antigüedad grecorromana. Este entusiasmo, que considera las culturas clásicas como la realización suprema de un ideal de perfección, se propone la limitación en todos los ordenes, lo que explica el calificativo de Renacimiento, pues en verdad, se trataba de un renacer, de un volver a dar vida a los ideales que habían inspirado aquellos pueblos. El Renacimiento, desde luego no fue una simple exhumación de las artes antiguas. El interés por el arte grecorromano fue una consecuencia. En principio, se aspiró a una renovación en todas los aspectos de la cultura humana, filosofía, ética, moral, ciencia, etc., encaminada a la factura de un hombre que fuera comprendido y un resumen de todas las perfecciones físicas e intelectuales. El hombre integral, el genio múltiple, en el que se concilian todas las ramas del saber en una actitud fecunda, fue la gran creación del Renacimiento que cristalizó en figuras que mantienen viva la admiración a través de los tiempos, como un Leonardo da Vinci, un Miguel Ángel, un Rafael.

ORÍGENES DEL RENACIMIENTO

El renacimiento tuvo su origen en Italia en los siglos XIV y XV, llegando a su apogeo al iniciarse el siglo XVI. De Italia se extiende lentamente por Europa excepto Rusia. A lo largo de los cincuenta años que van desde 1520 a 1570, discurre la madura plenitud del Renacimiento y también se percibe su ocaso. Toda la Europa de Occidente toma parte ahora en el movimiento de las artes y de las letras. La recepción de los gustos italianos se generaliza, los grandes maestros surgen ya no solo en Italia, sino en todo el ámbito de las monarquías occidentales. Pero el desarrollo normal de la cultura renacentista se ve afectada por el hecho simultáneo de las luchas religiosas derivadas de la revolución protestante. Así, en Alemania, se corto el brote renacentista, al igual que en Francia con las guerras civiles de la segunda mitad de los quinientos. Además en los países adheridos a las confesiones protestantes, el credo iconoclasta de los nuevos evangelios suprimió la ocasión de ejercitar el mecenazgo eclesiástico y, al menos en la pintura y la escultura, suprimió la temática abundante de los motivos iconográficos, con la rara salvedad de los temas bíblicos.

Autor: Sergio Blanco López
Extractos de: http://www.avizora.com/publicaciones/arte/textos/renacimiento_monografia_0023.htm

1 comentario:

Publicado por José dijo...

Las catedrales son la expresión más majestuosa de la sociedad medieval que impregnó de belleza a la Cristiandad. Ellas son un exponente de espiritualidad elevándose hacia el cielo como plegarias, pero también son una maravilla del arte arquitectónico de los que no hay antecedentes. Las pirámides son de una simplicidad casi infantil: una pila de piedras - una estructura tan básica como estable. Los templos griegos son poco más que galpones: techos colocados sobre columnas. Aún el Coliseo, impresionante como es, más ancho que alto. Pero las catedrales góticas son más altas que anchas, y sus altas torres son un verdadero encaje de piedra. No hay en el mundo antiguo una estructura tan ambiciosa como la Santa Capilla de Paris, con sus altas paredes de vidrio desafiando la gravedad, ni como tantos otros exponentes de la arquitectura gótica.
“Los cielos relatan la gloria de Dios. Las catedrales agregan a ello la gloria de los hombres. Ofrecen a todos los hombres un espectáculo espléndido, reconfortante, exaltador”.
“Los góticos han amontonado piedra sobre piedra, cada vez más alto, no como los gigantes para atacar a Dios, sino para aproximarse a Él”
“El arte era para ellos (los góticos) una de las alas del amor. La religión era la otra”
Su grandeza, al tiempo que suscita nuestra admiración más rendida, no deja de apabullarnos. «¡No somos más que despojos!», exclamó Rodin, deslumbrado por el esplendor de la catedral de Chartres.
“Leo Moulin –dice Vittorio Messori - me habla de aquella Edad Media que ha estudiado desde siempre: «¡Aquella vergonzosa mentira de los "siglos oscuros", por estar inspirados en la fe del Evangelio! ¿Por qué, entonces, todo lo que nos queda de aquellos tiempos es de una belleza y sabiduría tan fascinantes?