Es que mi Presidente es tan amigo de rodearse de híbridos de derecha con apellidos rimbombantes y no muy asiduo a los apetitosos “motes” de Martínez, Navarro, Berríos, González, Zúñiga y Maldonado.
Pero sucede que las visiones más abiertas, inclusivas y tolerantes de la sociedad tienen que ver o están siempre más ligadas a esa clase media que accede a la cultura y al conocimiento.
No quiero que se piense que esto es una categoría rígida e inexpugnable, todo lo contrario, esto mismo ha hecho que ese sectarismo se transversalice y surjan de esos mismos extremos justamente, voces que nos alertan acerca de estas realidades.
Si, es que eso son, burócratas de la tecnología, celadores del conocimiento, amigos de los títulos enmarcados en oficinas rutilantes, que en escritura gótica dan cuenta de su exitoso paso por universidades extranjeras. Ya decía un mítico revolucionario del 69 en su libro “El Manual del Poder Joven”: “Estamos en una lucha distinta, aunque lucha al fin y hasta tanto no se tenga conciencia de esta realidad no se comprenderá hacia adónde apuntan en definitiva las alianzas obrero-estudiantiles o las declamaciones de los pequeño-burgueses intelectuales vacilantes, tan proclives a idealizar a las masas mientras reciben sus títulos, universitarios y se asimilan al sistema llenándose de créditos en una búsqueda desvergonzada de status”
¿Qué pueden sentir y por lo tanto saber ellos, acerca de este fenómeno que en realidad les enseñaron que se calculaba?
Pobreza, indigencia, ignorancia, minorías, desempleados, menesterosos y enfermos sin grito y sin voz.
¿Por qué hoy día serán ellos más sensibles frente a eso que les enseñaron que se tabulaba en estadísticas complejas? ¿Qué pueden sentir a propósito de la pobreza, de la indigencia y de las consecuencias de una lucha agobiante de una sociedad, cuando ellos no ven más allá de su propio ombligo?
La pobreza y todas sus imágenes dolientes son para ellos, números y cifras remontables en el tiempo. Por eso es que les ofrecen soluciones implementables paso a paso en el tiempo, mientras los actores intermedios (los bancos y las entidades de finaciamiento) los devoran como verdaderos depredadores. Para ellos la pobreza y la educación de los que no la pueden pagar, nunca serán realidades que deben ser acometidas hoy día y en este mismo instante.
Se les muere en la calle un menesteroso que hace un día aparecía en televisión, por ocupar el cementerio como albergue en condiciones infrahumanas. Lo habían echado a la calle porque morar en esos confines no era permitido, y de ahí se fue a la calle con temperaturas que matan a cualquiera donde sea que se encuentre. Obviamente murió como todos los días. Para él, conciliar el sueño era morir cada día, en cada jornada. Porque no tenía esperanzas en lo que un nuevo día le podía ofrecer. Murió a la vista y paciencia nuestra.
Desde otro punto de vista si, la educación es una tarea que involucrará a varias generaciones, por lo que no necesariamente son ellos los que la tomarán como bandera de lucha bajo su alero. No es una tarea que pueda rendirle frutos electorales. Es de un costo altísimo y además no saben que harán con un pueblo menos ignorante y presto a usar en su beneficio los resultados de una educación que los capacita para competir en igualdad de oportunidades
¿Por qué le va tan mal al gobierno?
¡¡¡Porque no entiende!!! y esto es lo único que puede liberarlo del juicio que se viene.
No está preparado para llegar a acuerdos y eso es muy peligroso en este caso específico.
Es difícil para cualquier gobierno, sea de este lado del mundo o del otro.
En España, en Grecia, en el Medio Oriente, en Argentina, en Venezuela, en Europa, donde quiera que uno mire, está pasando lo mismo y no se dan cuenta. A las manifestaciones les atribuyen causas locales cuando el fenómeno lo está sufriendo toda la humanidad. No entienden que aquí sean los estudiantes y en otro lugar los obreros y un poco más allá tenga que ver con algunos actores sociales vergonzantes encargados de lo religioso. Todo se sabe al instante y genera nuevas polémicas acelerando de esta manera los hechos mismos y el tiempo histórico.
Es que son las nuevas formas de comunicación masiva, las redes sociales y el acceso masivo a la información, lo que permite que se transparenten problemas que son muy distintos en su origen, pero que son comunes a ese mismo requerimiento que es transversal a toda la sociedad humana. El ser humano ya no puede ser burlado tan fácilmente en sus ideales más profundos, ni en sus demandas materiales. Exige el conocimiento y lo usa en su beneficio.
Eso es lo que algunos no ven y la mayoría no quiere darse cuenta, porque afecta de forma muy importante la propia realidad.
Si comprendiéramos los alcances de la revolución que se viene y hasta que punto está comprometida nuestra integridad como seres humanos, veríamos que seguramente en el futuro próximo, nuestra más íntima visión de la realidad no considerará "nuestra propia necesidad" como la principal variable a tener en cuenta a la hora de tomar decisiones sociales de importancia. Se nos viene el ocaso del individualismo y camina a pasos agigantados un socialismo de dimensiones insospechadas hasta el momento. Una sociedad verdaderamente libertaria donde el para si y el para otros se confunden en una mímesis congruente y posibilitaria.
Rafa Torres
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