domingo, 13 de septiembre de 2009

CARMINA BURANA


El martes, 12 de mayo de 2009 a las 20:19

Introducción

En 1803, en el monasterio benedictino de la ciudad de Beuern (Baviera, Alemania), se encontró una colección de 300 poemas goliardescos recogidos en un manuscrito de la primera mitad del siglo XIII. La mayor parte de los poemas estaban escritos en latín aunque unos cuantos lo estaban en una mezcla de latín y alemán, e incluso con algunas palabras francesas. Sus autores eran clérigos (los goliardos) que llevaban una vida licenciosa y desordenada y se inspiraron tanto en composiciones populares contemporáneas, con frecuencia groseras, como en las cultas de Homero, Cátulo y Ovidio. Los dos principales temas que desarrollan son el amoroso y el satírico contra la iglesia.

El compositor alemán Carl Orff (Munich 1895 - Munich 1982) autor del famoso método musical para niños Orff- Schulwerk (1930) recopiló 25 de estos poemas en una cantata a la que llamó Carmina Burana (Poemas de Beuern). “Cantiones profanae cantoribuset choris cantandae comitantibus instrumentis atque imaginibus magicis”, que no es ninguna invocación al demonio, en español significa: “Canciones profanas para solistas y coros con acompañamiento de instrumentos e imágenes mágicas”, de donde surgió la incorrecta traducción de Carmina Burana como Canciones Profanas.

Poemas (25)

Cuando estamos en la taberna (1/25)

Cuando estamos en la taberna, no nos interesa donde sentarnos, sino el apresurarnos al juego que siempre nos hace sudar. Lo que sucede en la taberna es que el dinero se gasta; más vale que preguntes antes, si yo te lo digo, entonces escucha.

Algún juego, alguna bebida, algo que disfruten unos y otros de aquellos que se quedan a jugar. Algunos están desnudos, otros están vestidos, y otros cubiertos con sacos. Ninguno teme a la muerte, y echan suertes en honor a Baco.

Una vez, por el tabernero los hombres libres beben ansiosamente; dos veces, beben por los cautivos; luego, tres veces por la vida; cuatro, por todos los cristianos; cinco veces, por los mártires; seis, por los hermanos enfermos; siete, por los soldados en guerra.
Ocho veces, por los hermanos errantes; nueve, por los monjes disgregados; diez veces, por los navegantes; once, por los desavenidos; doce veces, por los penitentes; trece veces, por los viajeros; tanto por el Papa como por el rey todos beben sin límite.

La señora bebe, el señor bebe, el soldado bebe, el clérigo bebe, el hombre bebe, la mujer bebe, el esclavo bebe, la esclava bebe, el hombre activo bebe, el indolente bebe, el hombre blanco bebe, el negro bebe, el perseverante bebe, el vago bebe, el ignorante bebe, el sabio bebe.
El hombre pobre bebe y el invalido bebe, el desterrado bebe, y el desconocido bebe, el muchacho bebe, el anciano bebe, el presidente bebe, el decano bebe, la hermana bebe, el hermano bebe, el viejo bebe, la madre bebe, esta bebe, aquel bebe, centenares beben, miles beben.

Seiscientas monedas son muy pocas para que alcancen, cuando desenfrenados e incesantes, todos están bebiendo. Déjenlos beber cuanto quieran, la gente los inoportuna tanto a pesar de ser tan pobres. Dejen que se confundan los inoportunos y en justicia no figuren entre los probos.

Extracto de "Cuando estamos en la taberna" de Carmina Burana

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