domingo, 21 de junio de 2009

CRÍTICAS,…A QUIEN?……DE QUE ME HABLAS?




Para mí es cada vez más fantasioso, el culpar a los actores políticos, a los diferentes dignatarios de la iglesia , de cualquiera de las iglesias, a los que detentan el poder económico o a los mismos pobres de las calamidades que genera este sistema. Unos dicen que los ricos, por decirlo de algún modo, oprimen a los más débiles. Otros dicen que los más débiles no son tan débiles, sino que no obtienen el fruto del esfuerzo que el poderoso si obtiene porque lo que hace, o sea que el pobre está ahí, porque no hace el esfuerzo o no sabe como hacerlo o simplemente porque no quiere asumir tamaños compromisos. Yo no creo que eso sea así.
Yo he visto que el que se quiebra las espaldas es el pobre, el que se lleva los platos rotos es el de nivel medio y el que llora pobreza es el que más tiene. No siempre todo es así y siempre va a depender desde donde se le mire, o lo que es lo mismo, a que hora llego a la comida.
El sistema lo creamos todos, unos desde arriba otros desde abajo, algunos empujan de un lado y otros desde el otro, pero lo que es cierto para todos es que este sistema es un engranaje perfecto para que unos y otros conformen el drama de su existencia. Y más cierto aún es que nadie sabe a ciencia cierta, cual es la verdadera razón de las diferencias, de las injusticias y de los dramas que sin lugar a dudas viven unos por una razón y otros por otra.
Yo solidarizo sin dudarlo con los desposeídos, con los que lloran, con los que no simulan la riqueza ni la pobreza, sino que necesitan ayuda para solucionar los dramas a los que están enfrentados. De que los dramas existen, es una verdad del porte de una catedral, pero de que no acertamos a la puerta de la solución de dichos dramas es algo mucho mayor.
Creo, y puedo equivocarme y lo doy como una probabilidad cierta, creo digo, que el problema es un problema de fé, de fé en si mismo y fé en los demás y no hablo de religión, sino que del ser humano y de los seres humanos que lo rodean. Creo que en la medida que nos hacemos fiables para los demás, puede que el hombre recupere la confianza en si mismo y en los demás y en los “SISTEMAS” que genera. Si solamente me preocupo de buscar culpables y de transmitir esa desconfianza, no hago más que acrecentar el abismo que hay entre ricos y pobres, creyentes y no creyentes, entre los que tienen acceso a los beneficios del sistema y en los que por cualquier razón o por ignorancia no lo tienen. Pero inevitablemente el sistema, con todas las variables que se quieran, seguirá existiendo por los siglos de los siglos. En nosotros está el transformarlo, aportándole elementos positivos, que hagan posible que unos y otros acerquen posiciones.
Me parece que una cuestión importante es no centrar las críticas en las instituciones que tanto cuesta levantar y me refiero a todas las instituciones. Dentro de esas instituciones me refiero a los gobiernos, a las cámaras bajas y altas, a los ministerios, a las iglesias, a los partidos, a los movimientos sindicales y de ahí siguiendo, a todos los movimientos de izquierda y de derecha, a las juntas de vecinos, a los centros de madres y que se yo cuantas instituciones más………
No confundamos a las personas con las instituciones, no confundamos a las personas con los movimientos, no confundamos a los religiosos con la religión o con la iglesia, porque así se comienza y la caída es progresiva y torrentosa.
En todas partes existen errores y errores garrafales, por lo cual yo no voy a mezclar a ningún mamarracho con las ideas o movimientos en que participan.

rafael.Torres3

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